Las 50 familias que viven en la calle Paulina Sabando desde hace 5 meses no pueden comer a gusto y los niños se enferman por el mal olor de las aguas negras que salen de las alcantarillas. Según informó Nancy Carrera, moradora, por varias ocasiones han solicitado a la Empresa Municipal de Agua Potable, envíe a un sifonero pero hasta la fecha no ha llegado. Los malos olores llegan hasta el Centro de Salud No. 1 y a la maternidad.