Las cenizas se obtienen a partir de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior. Con anterioridad, muchos católicos llevan sus ramos para entregarlos al sacerdote.

El presbítero reúne las hojas de palma en una vasija, donde las quema. Luego esa ceniza se humedece con agua bendita para formar una especie de pasta, que es la que se impone en la cabeza de los creyentes.

Giovanni Muñoz, párroco de la iglesia Cristo del Consuelo y religioso de la congregación de los Oblatos de San Francisco de Sales, dijo que la celebración de este día puede iniciarse con una procesión penitencial desde el exterior del templo, desde una capilla vecina, o por lo menos una entrada procesional del sacerdote celebrante y sus acompañantes.

Durante la misa el sacerdote bendice la ceniza con una breve oración.  Después la impone en las cabezas de los fieles.

El sacerdote deja caer la ceniza en su cabeza, o bien traza una cruz de 

ceniza en la frente de quien la recibe, según la costumbre.

Solemne.  Para Giovanni Muñoz el Miércoles de Ceniza es tiempo de preparación para la gran solemnidad de la Pascua.

“Es como cuando se hace una fiesta, siempre hay preparativos en la fiesta. La iglesia nos invita a la conversión, oración, ayuno y a la limosna”, precisó.

Para los católicos el Miércoles de Ceniza es el inicio de la Cuaresma, que termina en la Semana Santa.

La Cuaresma comprende los cuarenta y seis días desde el Miércoles de Ceniza hasta el sábado de Pascua, sin incluir los seis domingos que se encuentran dentro del período. Los domingos son pascuales y no penitenciales, según la tradición religiosa.

María Mendoza, una creyente católica, asegura que en esta fecha las personas deben meditar y fortalecer su fe con la penitencia, el sacrificio y el perdón.

Ella acostumbra a ir todos los años a recibir la imposición de la ceniza.

“Las palabras del sacerdote me recuerdan lo humilde que debemos ser. Nos dice ‘polvo eres y en polvo te convertirás’. También me recuerda lo frágil de la vida”, manifiesta.

Para Juan Macías el Miércoles de Ceniza es el inicio de los días de meditación, después de la celebración del carnaval.

Es, según él, una especie de “puente” entre la diversión de la fiesta carnavalera y la espiritualidad de la Cuaresma.

Por qué miércoles. Cuando en el siglo IV se fijó la duración de la Cuaresma en 40 días, ésta comenzaba 6 semanas antes de la Pascua, en domingo, el llamado domingo de “cuadragésima”. 

Pero en los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal. Y aquí surgió un inconveniente: desde los orígenes nunca se ayunó en día domingo por ser “día de fiesta”, la celebración del día del Señor. Entonces, se movió el comienzo de la Cuaresma al miércoles previo al primer sábado del mes.

Origen. Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.

En los primeros siglos de la Iglesia las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un “hábito penitencial”. Esto representaba su voluntad de convertirse.

En el año 384 d.C. la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.