Ella es una de los centenares de clientes que siguen llegando hasta las “tiendas de la nostalgia”, como llaman a los quioscos ubicados en la calle Alajuela, cerca del mercado barrial 1.
Allí hay más de 10 negocios en los que se encuentran productos que fueron protagonistas en las décadas de los 50, 60, 70 y hasta los 80. Ahora los compran menos.
Rosa Loor, quien heredó este negocio de su padre Julio Loor, menciona por ejemplo que el jabón prieto todavía tiene gran demanda. Su color negro intenso y su fuerte olor sigue cautivando a los usuarios, sobre todo por las versiones de que mejora la piel, evita la caspa y hasta las canas, además de que desaparece las manchas de la cara, dice.Señala que este ancestral producto se lo elabora en la zona de Mejía a base de piñón e higuerilla, productos naturales y con propiedades medicinales. Además su empaque es hoja de plátano amarrado con un zapán. Hay ocasiones en que vende hasta 50 jabones en un día. El más pequeño cuesta 25 centavos.

>CIGARROS. En cambio,  Elizabeth Cedeño llega en busca de los cigarros que se elaboran con hojas envueltas de tabaco. Dice que tiene un pequeño negocio a donde arriban sus clientes en busca de este producto natural. El paquete de 30 cigarros de hoja cruda cuesta 1,75 dólares. Los que vienen importados de Colombia valen 6 dólares.
En estos locales también hay inciensos, troncos de palo santo, café en grano, canela en rama, pimienta dulce y más especies que todavía se importan  de la India.
Hay productos que difícilmente se encuentra en otros lugares, como el cuerito de vaca “para castigar a los malos alumnos o hijos desobedientes”. “De estos ya casi nadie compra”, asevera la vendedora Mercedes Mendoza, quien señala que ahora los padres tiene miedo de castigar a su hijos. “Antes, con dos fuetazos de estos ya una se ponía rectita”, menciona entre risas.
Otras personas llegan en busca de  molinillos de caña, cucharas de mate, canastas de caña, garrafones de vino La Parra y todo lo que estaba de moda hace décadas.