La buena intención es que buscan reducir la contaminación ambiental por un día, pero generó embotellamientos y protestas de ciudadanos por el deficiente servicio de transporte público.
Pese a que la medida dejó ayer fuera de circulación entre las 05h00 y las 19h30 cerca de 1,5 millones de automóviles particulares y unas 400.000 motocicletas, en algunas avenidas el tráfico llegó a ser caótico porque algunos taxis rodaron.
“A mucha gente le parece bueno (el día sin carro), pero los que tenemos carro pagamos unos impuestos altísimos; nos acaban de duplicar casi en un 40% de ellos, que no es justo, para tenerlos guardados, y las vías están destruidas. Es culpa del Gobierno, no del usuario”, afirmó Diego García, usuario de TransMilenio.
Así como algunos criticaron la jornada, también hay quienes celebran esta iniciativa. “Es una forma diferente de vivir la ciudad. Hay más tranquilidad y espacio para ejercitarnos mientras llegamos al trabajo”, señaló la ciclista Dayana García.