Como columnista de opinión, creo que existen un sinnúmero de festejos estériles, que hacen de este país más pobre y bajo en su productividad.

Cito por ejemplo feriados en homenaje a ciudades como Guayaquil y Cuenca, que sin restarle importancia como polos de desarrollo, deberían ser celebrados por sus propios habitantes y no generalizarlos a todas las poblaciones del país, ya que el cese de actividades bancarias y comerciales interrumpe el respectivo proceso de trabajo cotidiano de muchos sectores productivos del país. A pesar de que una buena parte de la comunidad nacional que hace y depende del turismo puede no estar de acuerdo con este planteamiento.

El país vive un proceso de cambio sustancial, por eso es trascendente romper tradiciones que están trilladas en el diario convivir nacional.

El Estado ecuatoriano a través de algún gobierno de turno, debería ir pensando seriamente en un inminente decreto donde se eliminen feriados o festejos, que perjudican la continuidad del trabajo. En último de los casos se celebren en el Ecuador dos o tres fechas de recordación ecuménica como: Día de los Muertos, Navidad y Año Nuevo, tal como lo hacen países desarrollados que tienen sustento económico como para poder costear festejos, sin embargo, no lo hacen porque son partidarios de la cultura del ahorro y el trabajo como sinónimo de superación y verdadero desarrollo.

Para finalizar este interesante artículo, quiero reflexionar en el hecho de que las tradiciones de nuestros conquistadores españoles en América Latina, lamentablemente todavía persisten, principalmente en lo religioso, esto hace que se siga reviviendo los festejos comunes en el Ecuador, que nada benefician al desarrollo moral y económico de la comunidad nacional.

Ecuatorianos, vayamos buscando un mejor nivel de vida,  que esté reflejada en el trabajo y buen común, y con el tiempo desterremos los feriados que poco han aportado al desarrollo socioeconómico de la nación, más bien nos ha perjudicado con el espíritu de trabajo que siempre han mantenido los ecuatorianos que sabemos aprovechar el tiempo y los intereses personales y familiares.