El funcionario señaló que algunos de los comerciantes, por desconocimiento de las normativas del Decreto Ejecutivo  486 que regula la pesca incidental de tiburones, negocian en altamar esta pesca sin ningún certificado de monitoreo que puntualice que las especies fueron compradas a una determinada embarcación. En otro de los casos, se ha desembarcado tiburones de barcos que no traen el arte de pesca, detalló.

“Estos inconvenientes se han presentado en Playita Mía, lo que impide el trabajo de  nuestros inspectores para el control, y consecuentemente perjudican a los comerciantes porque no tienen opción a reclamo y el producto se lo decomisa” , agregó.

Medidas. Las aletas se incineran y la carne se dona a los centros de asistencia social, señaló. También se recordó la conservación de  los tiburones martillos. Se indicó que las embarcaciones artesanales (fibras) pueden traer hasta cinco de estos tiburones juveniles de hasta 150 centímetros de longitud. Los barcos industriales no pueden retener esta especie, se informó. 

Los comerciantes Roberth Vera, Luis Barro y Ángel López pidieron seguridad  para trabajar, tras los problemas legales que enfrentaron por el decomiso de aletas en mayo del 2014. “Queremos trabajar bajo todas las normativas que exige la ley, pero pedimos garantía en la inversión que ejecutamos y no ser perseguidos, por eso solicitamos esta reunión para que los controles sean unificados entre Pesca y la Policía”, expresó Vera.