En aproximadamente un mes estaría construida una nueva estructura para el cobro del peaje en la vía Santo Domingo-Alóag.

Esa fue una de las resoluciones a las que se llegó en una reunión mantenida este lunes en Quito entre Geovanny Benítez, prefecto de Santo Domingo de los Tsáchilas; Gustavo Baroja, prefecto de Pichincha y el ministro de Transporte y Obras Públicas (MTOP), Walter Solís.

Pichincha se disculpó por lo que calificó una “falta de comunicación” por parte de la empresa Hidalgo & Hidalgo, concesionaria de la vía.

La estructura, que fue demolida durante la madrugada del domingo por la compañía H&H, entrará a un proceso de remodelación y homologación.

Será el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) quien determine los valores que pagarán los conductores.

Santo Domingo de los Tsáchilas seguirá con la delegación de 28 kilómetros de los 100 que tiene la vía y Pichincha con los restantes (72 km).

Ayer en la mañana las autoridades de Santo Domingo de los Tsáchilas se reunieron para mostrar su rechazo a la acción emprendida por Hidalgo & Hidalgo. 

Benítez había anunciado que una parte de los recursos para la ampliación a cuatro carriles de la vía Santo Domingo-Alóag, en el tramo Unión del Toachi-Santo Domingo, estaba en riesgo sin la estructura. 

Con la destrucción intempestiva del peaje, ubicado en el kilómetro 12, la Prefectura de Santo Domingo de los Tsáchilas perdería los recursos que “eran como un colchón que permitía contratar la ampliación de la carretera en el territorio local”, explicó ayer en horas de la mañana Benítez.

Benítez aclaró que el único ente que dispone el funcionamiento de un peaje es el MTOP y calificó de “desacertada” la acción de la empresa concesionaria de la vía. “Si se ha ido la empresa, les decimos que muchas gracias. Que Pichincha cobre lo que tenga que cobrar y que Santo Domingo administre un peaje para garantizar el manejo y la transparencia de recursos”, señaló el prefecto en una reunión a la que asistió el alcalde Víctor Manuel Quirola, la gobernadora Doris Merino, asambleístas y presidentes de las juntas parroquiales. 

Las secuelas de la destrucción de la estructura ya les pasa una factura para los comerciantes del sector. Ramón Moreira, dijo que el domingo vendió menos de la mitad de jugos de coco que acostumbra en un día normal. 

“Sin el peaje los carros no paran, pasan directo”.