Actualizado hace: 930 días 20 horas 4 minutos
SALUD
Varias residenciales fomentan prostitución
Hay zonas donde las prostitutas ejercen su trabajo y aprovechan la cercanía de las residenciales para llevar a los clientes

José, quien guardó su apellido y el nombre de su residencial en Tarqui, indicó que les alquila las habitaciones a las prostitutas para que atiendan a sus clientes. El momento cuesta entre tres a cuatro dólares (15 minutos).

Domingo 27 Mayo 2007 | 19:57

Señala que no entiende porqué los persiguen para que cierren sus locales, pues en los grandes hoteles de la ciudad los huéspedes también suben a prostitutas y nadie dice nada. Un ejemplo La residencial de José tiene seis cuartos. Todos con camas viejas y sobrecamas rasgadas. No hay almohadas ni colchas; ninguna de las habitaciones tiene baño incluido, por lo que encima de una mesa vieja hay un balde pequeño con agua, una lavacara y jabón. En el fondo del pasillo hay un servicio higiénico. En la segunda planta el piso es de tabla y un olor fétido inunda el ambiente. No cumplen requisitos Erick Macías, inspector del departamento de Saneamiento Ambiental del Área de Salud No 2, dijo que varias residenciales y hostales no cuentan con todos los requisitos que exige el Código Sanitario para que funcionen. Sin embargo, José tiene el certificado de salud que le permite operar sin ningún inconveniente. La documentación la obtuvo en menos de veinticuatro horas en la Dirección Provincial de Salud y sin ninguna inspección a su residencial. Para Macías ese es el problema, ya que cuando ellos realizan alguna inspección, los dueños de estos establecimientos les enseñan los certificados emitidos por la Dirección Provincial de Salud, por lo que no pueden realizar ninguna clausura. Mientras tanto, Cristóbal Zambrano, director del Área de Salud No 2, expresó que en Manta son muchas las residenciales y hostales que son utilizadas como prostíbulos y que no reúnen ninguna norma sanitaria, pero tienen sus permisos correspondientes entregados en Portoviejo. Por su parte, María Eugenia Pablo, directora del departamento del Municipio de Manta, señaló que conoce algo del tema, aunque deslindó responsabilidad, porque ella no les ha dado el permiso de funcionamiento turístico, pues cuando se posesionó ya tenían la aprobación anual de operación. Pablo informó que en los siguientes días se reunirá con las autoridades de salud para tratar el asunto y realizar las respectivas inspecciones a hoteles, residenciales y hostales, pues tiene una denuncia de que en el centro de la ciudad presta sus servicios clandestinamente una residencial. Obtener el permiso Para obtener un certificado de funcionamiento de salud, los inspectores realizan una revisión al local de hospedaje. La residencial o el hostal debe reunir un sinnúmero de requisitos que van desde baños en óptimas condiciones, agua potable, erradicación de plagas, camas nuevas, ventilación, área de comida, cocina, entre otras cosas. El permiso anual cuesta 22 dólares para la cuarta categoría; 42 dólares para la tercera; 82 dólares para la segunda; 102 para la primera y 122 dólares para la de lujo. En Manta este certificado es entregado después de dos ó tres meses, pues tiene que ser firmado por las autoridades de la Dirección Provincial de Salud, supuestamente por todo esto el trámite demora. Para Macías esta situación es lo que molesta a muchas personas, por lo que optan por sacar su permiso en Portoviejo, donde sin ningún problema se evitan la revisión y lo entregan en menos de 24 horas.
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