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MONTAJE
Jack Sparrow en inglés (como corresponde)

Celebro, festejo, aplaudo, vitoreo, alabo, elogio y me rindo ante el sentido común de los señores que manejan la cadena Supercines.

Domingo 27 Mayo 2007 | 19:12

Por fin han entrado en razón y presentan la tercera parte de “Piratas del Caribe” como debe ser, en dos versiones: doblada al español y subtitulada. Entiendo que la mayoría de público infantil sentirá una preferencia más que comprensible hacia la película en español, de eso ni hablar, es un acierto comercial y, de alguna forma práctica, es darles una mano a los padres de hijos pequeños. Pero, por otro lado, ya era hora de poder escuchar la voz de Johnny Deep, tal vez el mejor actor de su generación, siendo la voz del Capitán Jack Sparrow, a su vez, uno de los mejores personajes de su generación. La caracterización de Deep es impecable, su visión de un pirata ebrio, egoísta, mezquino y cobarde y valiente al mismo tiempo es una lección de cine. Deep confesó desde un principio que para construir a este personaje había tomado como referencia a Keith Richards, ese maravilloso ser humano que, entre otras cosas, es el guitarrista de los Rolling Stones. Pues bien, resulta que en este final de trilogía aparece el mismísimo Richards haciendo nada menos que del Capitán Teague, el padre de Jack. ¡Salud!   En caso de que no recuerden como iba la cosa, la situación es más o menos esta: Elizabeth, Will y Barbosa rescatan a Sparrow de las entrañas del monstruo Kraken; los cuatro deben enfrentar a sus archienemigos Davey Jones y Lord Cutler Beckett que, juntos, planean tener el control absoluto de los mares (lo que vendría a ser una dictadura oceánica). Lo mejor de estos piratas es que se venden como una súper producida historia de aventuras y terminan siendo un cuento de contenido con dosis de acción, romance y comedia. Las películas son largas pero ruedan con una docilidad que ya se quisieran los culebrones tirados a trascendentes. El mar de ron en el que navegan estos bárbaros se mece con la codicia de los ricos, el ingenio de los pobres y algo de esa inocencia que debemos procurarnos. Los Piratas del Caribe nunca pierden la capacidad de sorprenderse a sí mismos; esa, creo yo, es la lección. Además, técnicamente hablando, la película es estupenda: las batallas acrobáticas están muy bien logradas, al igual que los escenarios, el vestuario, el maquillaje y los efectos especiales. Aunque claro, nada de lo anterior logra opacar a Deep, el truhán más cool de los siete mares. Una lástima que estemos ya en el último capítulo. Todo lo bueno se acaba, como dicen.
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