En ese contexto, hace pocos días dictó un seminario taller sobre el tema, con la participación de las personas que laboran en los departamentos de control de calidad de empresas atuneras y de enlatados en general. Víctor Proaño fue el conferenciante, quien puso énfasis en el hecho de que no se trata solamente de controlar las aguas residuales sino de manejar las bacterias, para evitar problemas mayores a quienes laboran en esos sitios y a las comunidades aledañas. Además, el taller sirvió para que la empresa Prozone Krofta presentara sus máquinas para el tratamiento de aguas residuales. Esta es una de las formas que este departamento aplica para el control ambiental. Las sanciones no son aplicadas porque se recurre al diálogo. Sin embargo, amplios sectores de Tarqui y Los Esteros, donde se ubican las fábricas, insisten en la necesidad de ser más rígidos para que se cumplan las normas, pues ellos son los afectados por la emanación de gases tóxicos y descarga de aguas negras al río y al mar. Esta semana dictarán otro seminario.