“Yo recuerdo que mis papás usaban este jabón, porque realmente da una limpieza total a la piel, a diferencia de los nuevos jabones que contienen incluso químicos”, explica por su parte Vera.

El comerciante, quien tiene más de 50 años con el negocio, cuenta que no ha hecho ningún cambio en los productos que vende, precisamente para que las personas que llegan en busca de algo tradicional puedan encontrarlo.

Eso sucede con quienes aún usan el jabón prieto como medicina natural.

El producto se lo traen al por mayor desde el cantón Rocafuerte.

>Para masajes. Este tipo de jabón es también utilizado para dar masajes que ayudan a aliviar la tensión muscular o algún golpe, dice Baldemar Valencia, quien desde hace más de 50 años  se convirtió en sobador profesional.

Este jabón le es familiar, de tal modo que lo recomienda y también lo usa para curar a sus pacientes. Por otra parte, sus padres también lo usaban todos los días para bañarlo a él a orillas del río en un sector del cantón Santa Ana. El jabón prieto es como tradicionalmente se conoce a la mezcla de  la fruta del jaboncillo y el piñón que se lo cocina a fuego lento en pailas de barro o metal, por varias horas, hasta que se haga muy espeso y se lo pueda cortar en marqueta o bloques de diferentes tamaños y envolverlo en hojas de plátano seco. 

>El jaboncillo. El árbol de jaboncillo era antiguamente apreciado por la sombra que brindaba e ingeniosamente sus frutos se empezaron a usar para bañarse e incluso lavar la ropa, ya que al estrujarlos hacían espuma.

El cerro Jaboncillo de Montecristi, ubicado a 15 minutos de Portoviejo, debe su nombre a la presencia de este tipo de árboles en la zona. Según estudios que todavía se están llevando a cabo, se ha podido determinar que antiguamente estuvo poblado.

“Los análisis arrojaron que hasta 1520 el cerro estuvo poblado, había gente en el lugar, que se cree se consolidaron en cuatro siglos desde los años 1100”, dice Marcos Suárez, miembro del proyecto de investigación arqueológica cerro de Hojas-Jaboncillo que presentó hace dos años los estudios. Estos habitantes, que serían parte de la cultura Manteña, usaron con seguridad la fruta del jaboncillo para crear este tipo de jabón.