Mientras, propongo el tema de las visas que, desde el 1 de diciembre, serán obligatorias para cubanos que intenten ingresar a nuestro país como turistas o residentes.
Un poco tarde, debo decirlo con franqueza, la Cancillería ecuatoriana ha tomado esta decisión. Inoportuna, agregaría yo, considerando que en estos momentos miles de cubanos están metidos en un cuello de botella entre las fronteras de Costa Rica y Nicaragua, desesperados porque no se les permite seguir su viaje hacia el Norte en pos del “sueño americano”.
¿Qué pito toca Ecuador en ese rollo, ah?, os estaréis preguntando. Respondo: el pito está en que para llegar adonde se encuentran entrampados al momento los cubanos (familias enteras que incluyen abuelos, padres, hijos, nietos y unos cuantos perros), tuvieron que ingresar primeramente a Ecuador (sin visa), y de aquí partir por cualquier medio, aún a riesgo de perder la vida, hacia Centroamérica, de paso a gringolandia ingresando por México para luego atravesar a pie desiertos cubiertos de espinos, serpientes y esqueletos de migrantes anónimos que murieron de insolación, de hambre y de sed.
Pero (el infaltable), aquí cabe otra pregunta que demanda respuestas: ¿Por qué se exige visas a los cubanos y no a los venezolanos que entran y salen de nuestro territorio sin ningún impedimento ni control, aun a sabiendas de que los súbditos de Mamaduro solamente vienen a llevarse nuestros dólares (cash money)… mal usando tarjetas de crédito autorizadas por el Gobierno chavista con indisimulados fines clientelares?
No entiendo la preocupación de la Cancillería de Ecuador por lo que hagan o dejen de hacer cubanos y no cubanos fuera de nuestras fronteras. Tal es la voluntad y responsabilidad exclusiva de los migrantes y, por supuesto, de la soberana decisión norteamericana.