Surgen en su historia magna, líderes y estadistas que iluminan su progreso: Juan Manuel Rosas, Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento ícono de la educación, cultura, democracia; líderes políticos como Hipólito Irigoyen, Agustín P. Justo, Juan Domingo Perón, Arturo Frondisi, Raúl Alfonsín, todos ellos con muchos aciertos, venciendo dificultades, cincelaron un alto espíritu democrático que creó una gran corriente de participación ciudadana para ser dueña de su destino político, acción que en los últimos comicios presidenciales valoró todas las propuestas presentadas, y luego de analizar su actual estado político económico decidió por un cambio dejando a un lado un sistema estatista - financiero, que condujera al país a un 28% de índice de pobreza, en medio de múltiples acusaciones de dolo en el manejo de inversiones públicas, a la vez un crecimiento delictivo.
Sus ciudadanos, en gran consenso democrático, en elecciones libérrimas optó por un cambio hacia el trabajo, confianza, representado por Mauricio Macri, de tendencia centro liberal, que proclamó un viraje hacia un futuro sin restricciones para la libertad de expresión, el derecho a elegir y ser elegido sin trampas jurídicas o leyes con dedicatorias a quienes ostentan el poder. Así lo ha expuesto el ganador, gobernar para todos, unir las diversas tendencias en un país igualitario, integrando la ciencia y tecnología a la educación y producción, respetando todos los derechos humanos y de la naturaleza.
Macri dice estar seguro de su accionar sin creer en poderes infalibles e informar siempre de lo realizado, alejando el autoritarismo y la corrupción. Responde así al mandato de un pueblo que demostró civismo; y quien perdió, caballerosamente lo ha reconocido y también insta a la unión. Esto es un verdadero ejemplo democrático que debe ser imitado, respetando la voz del pueblo expresada en las urnas pues ella representa, como sostenemos los creyentes: la voz del pueblo es la voz de Dios. No se puede estar de acuerdo con lo que actualmente ocurre en Venezuela.