Con su mensaje de paz, el papa Francisco dijo que “debemos cuidarnos del triste signo de la globalización de la indiferencia”.
El pontífice argentino exigió una reacción frente a las consecuencias extremas de la globalización o “cultura del descarte”, como las nuevas formas de esclavitud, el tráfico de personas y de órganos, el trabajo forzado y la prostitución.