Las fotos muestran la irrupción de la modernidad en la región a través de uno de los acontecimientos más significativos: la construcción de dos líneas férreas que unieron centros de producción con puertos. El eje norte articuló Canuto con el puerto de Bahía de Caráquez; mientras que el eje sur, Santa Ana, Portoviejo, Manta y Montecristi. Tatiana Hidrovo, historiadora, explica que esta exposición es importante en la medida en que ayuda a entender a los manabitas la forma en que el tren, un monstruo tecnológico de principios del siglo XX, fue una herramienta básica para el desarrollo del modelo artesanal con el cual la provincia se insertó en el capitalismo mundial. Ventajas La exposición “En los tiempos del tren” da cuenta de las maneras en que se trasladaba el cacao que se producía en la cuenca de los ríos Carrizal (Chone) al puerto de Bahía de Caráquez. En la locomotora del sur se movilizaba a Manta la tagua recolectada en las montañas de Santa Ana, Portoviejo y Jipijapa, para su exportación a Europa. El sombrero de paja toquilla, tejido en Montecristi y Jipijapa, era otro de los productos manabitas exportado a distintos mercados americanos y europeos, durante todo el siglo XIX y principios del siglo XX. Eloy Alfaro, ex presidente del Ecuador, promovió los proyectos ferroviarios solicitados por los empresarios manabitas. En 1912 ya estaba en funcionamiento el tren que unía a Bahía con Tosagua. En los tiempos del tren todo estaba cambiando: la moda, las artes, la arquitectura, las formas cotidianas de vida. Por los años cuarenta del siglo XX las locomotoras dejaron de rugir en los centros de producción y puertos manabitas.