El viernes se realizó una reunión en el sitio de la obra, entre autoridades municipales y los habitantes que cuestionan el muro.
Gabriela Intriago, directora municipal de Obras Públicas, dijo que se acordó continuar con los trabajos emergentes que buscan proteger a la población que habita en la orilla de playa como también a la flota de embarcaciones pesqueras.
“Esta obra no es un juego, no se puede paralizar porque les gusta o no a un grupo de personas”, anotó.
Leonardo Alonzo, dirigente de la parroquia, indicó que confían en la obra que ejecuta el municipio, que tiene rampas para el acceso de los bañistas y para la operatividad de las embarcaciones.
>Impacto. Mientras tanto Jaime Ulloa y Bruno Aliatis manifestaron que no hubo acuerdo porque el alcalde Jorge Zambrano no llegó a la reunión sino que envió a la jefa de Obras Públicas, quien solo se limitó a decir que la obra continuará. “Queríamos exponer al alcalde, a través de expertos, los impactos negativos que genera la construcción de un muro de escollera para el turismo y el hábitat de la especies”, indicaron.
A cambio del muro proponen la construcción de pequeños espigones verticales, que son más seguros contra los embates del mar y que permiten ganar más playa.
Ulloa dijo que esta obra se puede ejecutar con las mismas piedras y el dinero que se está invirtiendo actualmente en el muro antitécnico. El muro cuesta 800 mil dólares.