Álvaro Muso, quien prepara tonga, explicó que la misma consiste en envolver el alimento cocinado 

en una hoja de plátano asada. 

Generalmente la comida la componen una porción de arroz, un maduro o plátano asado, algo de menestra y la infaltable presa de gallina criolla. Todo esto envuelto en la hoja de plátano que debe ser calentada y de la misma sale una especie de cuerda con la cual se la amarra para evitar que el alimento se riegue. 

Esto se lo hace en los campos para que los agricultores no tengan que regresar a sus casas a comer, sino que ganan tiempo en las jornadas de trabajo.

 

A la ciudad. Sin embargo, en la actualidad la “tonga” no solamente se saborea en medio del campo rodeado de plantas, sino que llega a las ciudades, sobre todo a las oficinas. 

Jenny Moreira, por ejemplo, es secretaria ejecutiva de una estación de radio en El Carmen y disfruta de esta tradicional manera que tienen los manabitas de alimentarse. 

Agrega que las “tongas” tienen un sabor único, sobre todo por el gusto que la hoja de plátano asada le da a la comida. 

Comentó que cada vez que tiene la oportunidad de comprar una tonga, lo hace, porque le permite alimentarse en su oficina y ganar tiempo, ya que se evita salir a casa a almorzar. 

Muso, quien junto a su esposa preparan la tradicional “tonga”, dijo que el ingrediente principal es gallina criolla y la venta se la hace bajo pedido.

Entre sus mejores clientes están los ejecutivos, quienes combinan el elegante terno con la “tonga” sobre el escritorio, dijo.

El precio de cada “tonga” está entre tres y cuatro dólares.

Las presas de gallina también son bajo pedido del consumidor, dijo Muso.

Él prepara aproximadamente 50 “tongas” por día.