En el comentario anterior tratamos la arraigada costumbre de anarquizar las cosas en razón a comportamientos ancestrales, imperantes en tránsito porque fueran adquiridos en época de escaso desarrollo automotriz y de bajo número poblacional, lo que hacía que las normas para la circulación vehicular y peatonal fueran mayormente ignoradas por la relativamente poca concurrencia de accidentes urbanos, especialmente, y por la reducida presencia de agentes que controlen excesos y violaciones a las leyes de la materia.

Si a esto sumamos la inveterada manera de que cada entidad marche por su lado, sin interesarte en realidad en planes o programas que sigan un entendimiento directo de cooperación interinstitucional, Portoviejo, como ciudad y cantón, creció en tránsito como “a ojo de buen cubero”, cambiando sentidos direccionales de calles o dando preferencias de estas según el parecer del jefe de tránsito que llegara.

Claro que esto fue mejorando con la profesionalización de los policías, quienes siempre han sido los duros del tránsito en el país; y lo continúan siendo, excepto en las pocas localidades donde se ha municipalizado el control y en las carreteras a cargo de la Comisión Nacional de Tránsito.

Por ello es imprescindible la estrategia que encuadre y encuaderne las páginas pasadas y presentes, para elaborar el proceso de este futuro que ya es ahora, cuando la responsabilidad total municipal es cosa de meses, quizá de pocos años.

Y hay bastantito por hacer. A mayor crecimiento urbano progresivo aumento de responsabilidades a ejercer. Buenas calles facilitan una mejor circulación, lo que

implica incremento de señales verticales y horizontales, semaforización  inteligente, transitabilidad mayor, especialmente en las denominadas horas “pico”.

Más, aprovecho para razonar sobre el anuncio de Portovial de convertir algunas cuadras de la calle Atanasio Santos en una sola vía, por dificultades en determinadas horas. La idea debe analizársela más, antes de llevar la circulación a otras calles no adecuadas para ello.

A no ser que provenga el cambio de un estudio a fondo, me atrevo a sugerir que debería intentarse con la prohibición de estacionar en un lado, antes de hacer una inversión de decenas de miles de dólares. Si el estudio dice otra cosa, pues, así será.