Sin embargo, científicos de la Universidad Politécnica de Valencia determinaron tras un estudio, que la mayoría de las aplicaciones infantiles subestima las capacidades de los infantes.

Javier Jaén, investigador del Grupo de Ingeniería del Software y Sistemas de Información de la universidad, indicó que las app limitan a los niños de dos a cinco años en cuanto a interactuar.  

Aseguran que el 99% de app analizadas solo pedían al niño la acción de pulsar o hacer clic, mientras que el 56% proponía también al niño arrastrar un objeto de un lugar a otro de la pantalla. 

“En el campo educativo, las aplicaciones son un complemento del estudio. No es bueno que los menores se hagan dependientes de la tecnología”, asegura José Veintimilla, ingeniero en sistemas.

Veintimilla indica que cuando se pierde el control de supervisión, las app pueden convertirse en una distracción. 

Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se han convertido en herramienta fundamental para el desarrollo de destrezas en los estudiantes, explica Jonathan Delgado, también ingeniero en sistema.

Afirma que la utilidad y provecho de una aplicación para un niño dependerá de su destreza. 

“Si a un niño se le dificulta aprender las tablas de multiplicar de forma teórica, una alternativa es que aprenda mediante un juego”, dice Delgado.

“La dependencia de herramientas tecnológicas como las aplicaciones, por parte de los estudiantes, limita el desarrollo mental y de memoria”, añade.