En realidad, las costumbres han cambiado drásticamente, ahora para las solicitudes de trabajo se reciben carpetas únicamente hasta los 35 años, a partir de esta edad la persona está fuera del beneficio laboral.. En los procesos de reingeniería empresarial, si encuentran algún adulto mayor, es reemplazado inmediatamente. Si llega a jubilarse.., luego de los 65 años, las oportunidades son muy pocas, por no decir ninguna. Entonces.. ¿Qué hacer?.. Además de pedirle a Dios, su bendición para mantenernos con buena salud: mental, física y espiritual, se precisa desarrollar actividad vinculada al voluntariado o trabajo a realizar desde la misma casa.
Hay amigos de ayer, que hoy están padeciendo ya sea en su salud, falta de trabajo, de angustias, de temores, ingratitudes, inseguridades, ansiedades, de soledad… Ante este triste panorama, lo importante es prepararnos cada día para estar en armonía con nosotros mismos, ejercitar nuestra fuerza interna y fortalecer nuestro criterio. En definitiva, lo más importante, cuidar nuestra salud para vivir un poquito más..!!
Siento especial optimismo cuando pienso en personas que conozco y disfruto de su amistad, me inspira su edad avanzada y su alegría, su sentido del humor. Entre ellos: Clarita Bruno de Piana, brillante dama altruista y empresaria, 103 años de edad. El cantautor Carlos Aurelio Rubira Infante, -94- autor del “Guayaquileño madera de guerrero”. Mi maestro universitario Dr. Hugo Delgado Cepeda -94- periodista – historiador. Por mencionar unos pocos, a pesar de las ligeras limitaciones por la edad avanzada, se mantienen activos y creativos.. Verdadero ejemplo de vida. Ellos y tantos otros constituyen modelo de preparación continua para estos tiempos de cambios y de larga vida.. Con su acostumbrado fino humor, mi amigo, el jovial sacerdote franciscano Fray Agustin Moreno -93 años-, en Quito me decía: “Mientras más canas… más ganas”…Concluyo, modificando el título del comentario: “Los viejos, maravillosos y valiosos seres humanos.”