A ello se unen otras causales como el fortalecimiento del dólar, la baja en las exportaciones de otros productos, tradicionales o no, que han hecho que la economía ecuatoriana se debilite, frenando más su desarrollo, calculándose en apenas 0,4 por ciento para este año el crecimiento económico, a pesar de que se estime sería el mejor de la región.
Basado en esta realidad, el mandatario advirtió de una probable disminución de los aportes oficiales a las cajas municipales, al igual que a las demás entidades que reciben asignaciones estatales, para que tomen sus prevenciones.
Y aquello es lo que esperamos se esté dando en los gobiernos autónomos descentralizados, con la seriedad y prontitud que la situación requiere, para que los presupuestos se ajusten a lo estrictamente necesario, evitando veleidades, suntuosidades y gastos que pueden esperar mejores días.
La alerta amarilla ha sido prendida y creemos que es de sensatos observarla, acomodándose a la situación.