Aquí, el 13 de abril 2015 publiqué lo que edito: “Hace más de dos décadas el gnomo aquel que habita en mis neuronas me dictó unos versos, los tituló “La Campiña Manabita”; ahí se menciona a la mayoría de cantones de esta provincia y sin ser cantón sino ahora un territorio en disputa, se menciona a nuestra irrenunciable “La Manga del Cura”, con las características manabitas de sus gentes “que no andan con paro”, además “producen hasta lo raro”; esto, porque en esos entornos hallé la pimienta picante.
Permítanme transcribir estos versos por la serie de hechos negativos que han sucedido entre los que se destaca la consulta popular que se efectuará entre sus habitantes para definir, ratificar mejor diría, a favor de nuestra provincia la pertenencia de ese territorio manabita: “La campiña de mi tierra, / la muy querida Manabí, /es tan vasta, que desde aquí, / hasta la inmensa sierra, / donde hasta natura yerra, / y por sus costas pasando, / de todo te va entregando / ¡tan pródiga y generosa...! / Nomás siembra cualquier cosa, / y síguela cosechando... // Puede ser en Pedernales, / o en Cojimíes, tan cerca... / ¡Engorda bien esa puerca, / y cuida los platanales! / Y en Chone los pastizales, / hacia Calceta y Junín... / se extienden hasta el confín. / Y en Santa Ana el verdor, / hasta Olmedo, es un primor, / que parece no tener fin. // El Carmen y Flavio Alfaro, / y por “La Manga del Cura” / es fértil y de locura... / sus gentes no “andan con paro”, / producen hasta lo raro...”