En el lugar se trabaja todos los días, las 24 horas. La cuenta regresiva está en marcha.

La obra tiene un 95 por ciento de avance, indicó Sigifredo Vélez, superintendente de la compañía Equitesa-Equitransa, encargada de la construcción de la represa.

Actualmente se culmina el muro de la represa, el canal de toma de riego, se coloca la compuerta y ultiman detalles como espacios para áreas verdes.

El mayor Fausto Erazo, director de fiscalización de la obra, que está a cargo de la Escuela Politécnica del Ejército (ESPE), recordó que desde marzo del 2012 realizan esa labor.

En esa época la compañía a cargo de ejecutar los trabajos era la china Tiesijú, que dejó realizado el canal de San Antonio, la vía desde el sitio San Andrés hasta el cuerpo de la presa, y algo de movimiento de tierra.

En base a un informe de la Contraloría, la Secretaría Nacional del Agua (Senagua) rescindió el contrato.

Luego de contratarse a una nueva compañía se revisaron todos los estudios de construcción y se hizo una optimización de la presa, ya que ésta tenía un diseño de hace 30 años. 

“Luego de la salida de los chinos actualizamos todo y se aumentó tres metros de la presa, y una vez que entró el consorcio Equitesa y Equitransa se ha avanzado a buen ritmo y estará culminada a finales de octubre”, explicó.

Unos 60 millones de dólares se han invertido en la construcción de la represa hasta la actualidad, según Erazo.

Vélez indicó que están realizando el relleno de los últimos metros del dique de la presa que actualmente está en la cota 65, y que tiene que terminar en la cota 72,5 metros. 

>CRÍTICA. Para Elvis Suárez, presidente del Comité Vial de Río Grande, esta obra nunca se la socializó y hay falencias. Este proyecto costaba 51 millones de dólares y con los subcontratos ya bordea los 80 millones, aseguró. 

Afirmó que el canal de San Antonio no sirve por los constantes hundimientos de tierra -se ha gastado 14 millones de dólares y se inició con $ 4 millones-.

Onofre Zambrano, dirigente del sitio San Andrés, ubicado aguas abajo de la obra, manifestó que está preocupado porque la represa no garantiza que Chone no se inunde.

Advirtió que los ríos Garrapata y Mosquito inundarán la ciudad.

El alcalde Deyton Alcívar aseguró que la represa controlará las inundaciones provenientes del río Grande, y esta obra una vez llena con el nivel deseado dotará de agua para regadío y para potabilizar, la cual beneficiará a todo el cantón con este líquido.

Alcívar indicó que esta obra será un potencial para la agricultura y ganadería.

El ambientalista Boris Zambrano criticó la poca seguridad que hay, pues  faltan charlas de prevención e informar sobres rutas de evacuación ante una emergencia en la presa.

Detalló que en caso de una emergencia en unos 15 minutos el agua estaría en la ciudad, y que los sistemas de alertas tempranos no están instalados.