La Nueva Trova cubana es un movimiento musical, como pocos en Cuba, íntimamente ligado a la revolución, pero su fidelidad a la realidad como fuente de inspiración lleva a las generaciones más jóvenes a criticar las cosas que no funcionan en su país.
La trova cubana surgió a mediados del siglo XIX y cobró relevancia a principios de la centuria pasada, pero fue tras triunfo de la revolución, en 1959, y con la aparición de la “Nueva Trova” cuando se convirtió en bandera política y cultural para los movimientos de izquierda de América Latina.
Con autores como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Amaury Pérez o Vicente Feliú, la Nueva Trova se abrazó con su música a la revolución cubana desde sus comienzos para exaltar las oportunidades que se abrían a una población sumida en la pobreza y la opresión.
“Fue como una especie de banda sonora de la revolución. Todavía había un entusiasmo muy grande en esa época y creo que esa nueva trova, desde el 68 hasta el 70 y algo, era una trova muy revolucionaria, muy vinculada a una época de entusiasmo”, indicó a Efe el trovador Frank Delgado.
Generación
Sin embargo, los “nuevos trovadores”, artistas como Santiago Feliú, Carlos Varela, Pedro Luis Ferrer o Gerardo Alfonso, hicieron de la realidad de una generación que creció con serias limitaciones debido a una mordaz crítica de la prensa.