Según una investigación realizada por un equipo de la Universidad de Haifa (norte de Israel), la hermana sana de una mujer que sufre trastornos de alimentación, presenta mayores niveles de síntomas depresivos derivados de una relación tensa entre las dos.
“Cuanto peor sea la relación entre las dos hermanas, más elevado será el nivel de angustia psicológica de la sana”, afirmó Yael Letzer, profesora de la Facultad de Bienestar Social y Ciencias de la Salud de la citada universidad.
Durante el tratamiento debe prestarse la mayor atención a la relación entre las dos hermanas, reforzándola y transformándola de una interacción negativa a una de apoyo, subrayó Letzer, que encabezó el equipo junto con las investigadoras Ruth Katz y Keren Berger. “A la luz de la enfermedad que padece la hermana afectada, se desarrolla una rivalidad por la atención de los padres, que se suele caracterizar predominantemente por ambivalencia, frustración, conflicto y frecuentes transiciones entre los sentimientos de amor y odio”, señala Letzer.
El estudio tuvo una muestra de 60 jóvenes, las cuales tenían hermanas que sufrían algún tipo de problema de la alimentación: 10 anorexia nerviosa, 10 bulimia nerviosa y 10 algún trastorno alimenticio no especificado.