Se trata de un catastro que el Municipio de Portoviejo levanta con la participación de siete técnicos que recorren entre las bóvedas y uno que computa la información, explicó Jhon Bravo, quien es parte del proceso.

El técnico dijo que cada día entre todos documentan unas 400 tumbas y esperan terminar el trabajo en unos dos meses. 

Añadió que el camposanto fue dividido en cinco zonas para mejorar la intervención y que en estas se incluyen las laderas colindantes.

Bravo explicó que se toma toda la información posible como nombres de las personas fallecidas, ubicación, en que calle y manzana está y se coloca un número de predio para así llevar un control.

Audy Meza, administrador del cementerio, informó que se busca el ordenamiento y mejorar los servicios a la ciudadanía, así como la determinación de los espacios ocupados y los disponibles.

El funcionario pidió la colaboración de los ciudadanos y señaló por ejemplo que realizan frecuentes mingas de limpieza a la que pidió se sumen las personas para dar las mejores condiciones al sitio. 

“En este lugar están todos nuestros seres queridos y debemos cuidarlo”, señaló.

Pidió que las mejoras o arreglos que se hagan previo a la recordación del día de los difuntos se hagan con antelación, hasta el 30 de octubre, para evitar que las obras se ejecuten al mismo tiempo que se hace la visita al lugar.

Es la primera vez que se realiza un catastro en este cementerio. En octubre las autoridades municipales realizarán una minga general para que el cementerio quede limpio y listo para el feriado de los fieles difuntos.