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PSICOLOGÍA
Amores que te intoxican

Perdonar constantes infidelidades, terminar y volver con frecuencia son dos síntomas de que dependes de tu pareja.

Martes 01 Septiembre 2015 | 03:00

 La palabra dependencia hace referencia al hecho de estar conectado o subordinado a algo para poder subsistir. Esto significa que si a un organismo se le quita aquello a lo que es dependiente, posiblemente el mismo entre en un estado de gran sufrimiento y finalmente puede dejar de existir. 

Evidentemente, esto último es un extremo más aplicable a elementos de la naturaleza indispensables para la vida como el oxígeno para algunos seres, por ejemplo. 
Sin embargo, cuando se habla de una dependencia emocional o afectiva, la persona en cuestión puede estar tan inmersa en esa dinámica relacional enfermiza que podría pensar que sin su pareja ya nada tiene sentido.
Estas relaciones, coloquialmente llamadas ‘tormentosas’, se caracterizan por incluir permanentes discusiones y problemas que desencadenarán emociones como ansiedad o una fuerte tristeza que puede llegar a la depresión, destaca un artículo de la revista ‘Bien de Salud’.
 
>CUIDADO. El dependiente emocional por lo general tenderá a emparejarse con personas dominantes, de carácter fuerte, posesivas, déspotas, egoístas, capaces de llegar incluso al maltrato físico o psicológico. Debido a una amplia necesidad de cariño, se caerá en una especie de apego que imposibilitará la separación definitiva del sujeto maltratador.
Esto puede ser peligroso, según destaca Pedro Giler, psicólogo clínico. 
“Atarnos a alguien aunque nos haga daño y no quiera estar con nosotros, es un arma de doble filo”, menciona el profesional.
Giler añade que una persona con dependencia emocional puede llegar a cansar a su pareja por quitarle su espacio propio. 
“Este es un problema de autoestima. Hay quienes no se creen capaces de tomar decisiones solos, además se puede llegar a ‘asfixiar’ a la pareja cuando no se le deja salir con sus amigos y queremos incluirnos en toda actividad que realice”, señala.  
 
>PROBLEMAS. En un gran número de ocasiones, esa incapacidad de separación se verá reforzada por una falsa esperanza del individuo de poder cambiar o salvar a su pareja. 
Comenta Giler que él o ella podrán realizar todo tipo de sacrificios con tal de satisfacer sus gustos y así evitar problemas. 
“Mientras todo vaya bien, sentirá que la situación es perfecta, pero apenas surgen inconvenientes los problemas volverán a aparecer”, dice. 
Este patrón no es así en un inicio, pero poco a poco se va intensificando.
“Se puede decir que el dependiente emocional es similar a un adicto, ya que a pesar de que está en contacto con algo que le hace daño, la persona sigue manteniendo esa relación. Esto es lo mismo que sucede cuando se consume una sustancia, esta puede ser muy peligrosa para la integridad del individuo, sin embargo, aún conociendo todos los peligros que esto acarrea, éste continuará con el consumo”, añade la publicación. 
Giler, por su parte, aconseja que se busque un profesional para lograr entender la “importancia de la libertad”. 
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