“La primera vez creo que fueron nervios; la segunda,  la verdad no lo sé”, cuenta con nerviosismo y dice que la “tercera es la vencida” de cara a la prueba que se le avecina.

Para asegurar su cupo este portovejense logró que sus padres le paguen un curso de preparación. Cuenta que repasando los ejercicios se siente más seguro. 

Junto con este joven en el anonimato cada año la provincia tiene alrededor de 30 mil bachilleres que buscan los cupos entre la oferta universitaria pública y la privada.

Alerta. Dúval Molina, jefe del Departamento de Admisión y Nivelación de la Universidad San Gregorio de Portoviejo (USGP), informa que cada año estos 30 mil jóvenes deben buscar alguno de los cerca de ocho mil cupos que ofertan las universidades. Dijo que el problema no está en la oferta sino en que es preocupante que los alumnos no pasen la prueba.

El ENES basa su evaluación en preguntas de razonamiento abstracto, matemático y de lenguaje. “Algo está fallando para que a algunos estudiantes se les complique desarrollar estas destrezas”, advierte.

Alejandro Chiriboga tiene 24 años y concuerda con ese criterio. Cuenta que dio el ENES y sacó 896 puntos hace un par de años.

“Yo no la consideré difícil, lo que me preocupa es que justamente una prueba que es fácil, para muchos sea compleja”, observó.

Aptitud. Jesús Delgado, rector de la Unidad Educativa Manabí Tecnológico, consideró que este tipo de pruebas ha cambiado la forma de evaluar en los planteles secundarios. Señaló que ahora se pondera mucho más el razonamiento que la memoria. “Hemos visto alumnos del cuadro de honor que sacan un puntaje muy bajo y otros que tienen malas notas y problemas de conducta que sacan más de 900 puntos”, señaló, al agregar que aunque se fortalece el razonamiento pruebas como la que se aplica no consideran otros valores como la responsabilidad, la dedicación de un estudiante.

Para Vicente Véliz, rector de la Universidad Técnica de Manabí, en la aplicación de la prueba también hay una obvia desventaja para aquellos postulantes que vienen de colegios, por ejemplo de la zona rural y aquellos que vienen de centros urbanos.

El rector dijo que por ello desde la UTM realizan el servicio de asesoría, donde con más de 150 grupos de profesores y estudiantes se han dado capacitaciones en prácticamente toda la provincia, especialmente en la zona rural, para capacitar a los alumnos y que se familiaricen con las pruebas.

Costumbre. Milciades Coveña saca cuentas y calcula que ha preparado unos 2.500 estudiantes para el ENES. Lo lleva haciendo desde hace tres años en múltiples planteles y tiene su reflexión particular sobre el problema.

Este profesor de matemáticas dice que la masificación de tecnologías como calculadoras, teléfonos celulares, computadores, consultas rápidas en Internet y más están haciendo que se pierda la destreza, la agilidad mental de hacer cálculos, de reflexionar rápidamente. “Recordemos que se trata de una prueba que se da sólo con lápiz y papel”, señaló.