A lo largo de esta vía hay 23 peluquerías que se ubican de manera alternada entre tiendas de abarrotes, puestos de legumbres y tercenas.
Los negocios compiten con diferentes servicios y precios para captar a los clientes.
Claudia Valeriano tiene 10 años laborando en esta calle. Ella cree que el lugar es estratégico para trabajar como peluquera, precisamente por el masivo público que se moviliza a diario, sobre todo los fines de semana.
“Muchos buscan cortarse el cabello o tinturarse y pintarse las uñas”, dice.
Valeriano cuenta que cuando instaló su gabinete no había más de cinco peluquerías. Recordó que la mayoría eran dirigidos por hombres. Con el pasar de los años la competencia ha crecido en la calle 114, señala.
Ella indica que solo realiza cortes de cabello, porque este trabajo no quita tiempo ni clientes. Los mejores días de trabajo son viernes, sábado y domingo.
María Eugenia Loor, propietaria de otra de las peluquerías en esta zona de Tarqui, manifiesta que debido a la competencia, se actualiza en su oficio, sobre todo en los cortes modernos y diseños para hombres.
La competencia. “Nuestros mayores competidores son las barberías modernas, de las que tenemos tres en esta vía”, señala.
Ella indica que los precios de corte de cabello no superan los tres dólares para adultos. “Aquí, al igual que en las elegantes peluquerías de la ciudad, pagamos el servicio de luz, agua y alquiler, entonces no podemos abaratar el servicio”, afirma.
Darío Baque tiene dos años de haber instalado su barbería en la calle 114. La competencia no le preocupa porque a diario su negocio tiene clientes. “Lo importante es ofrecer un servicio profesional y personalizado para que el cliente regrese”, anota.
Baque dice que él cobra tres dólares por un corte sencillo y por los diseños especiales 8 y hasta 10 dólares.
Marcela Zambrano señala que una de las estrategias para atraer clientes es la decoración del ambiente de las peluquerías.
José Mero es uno de los clientes de María Eugenia Loor. Él cuenta que cada mes acude a este lugar, no por ahorrar sino porque recibe un excelente servicio y porque no tiene que esperar largos turnos para ser atendido.
Mirna Moreira, profesora, también llega cada 15 días a pintarse la uñas en la calle 114. La ciudadana indica que en las peluquerías de este lugar hay buenas profesionales en belleza, sobre todo existe un buen trato, “lo que te obliga a regresar”, asegura.