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Jaramijó
Piratas mataron a su hijo en el mar

José López Franco (61), conocido como Pepito, no olvida el 11 de junio del 2000. Ese día, piratas asesinaron a su único hijo.

Martes 25 Agosto 2015 | 04:00

El día del crimen, Pepito estaba en faenas de pesca con su hijo Luis López Chávez, quien en ese entonces tenía 14 años.

En su casa, ubicada en el cantón Jaramijó, José López recuerda que cerca  de las 05h00 del 11 de junio estaban pescando frente a Chanduy, en la península de Santa Elena. Cuando levantaban el trasmallo para regresar a tierra, hombres encapuchados que llegaron en una lancha abordaron su embarcación de fibra de vidrio y comenzaron a insultarlos y disparar al aire.
“Dijeron ‘esto es un asalto, todos al suelo’ y comenzaron a insultarnos. Al piloto, los ladrones lo conocieron, lo amenazaron con que si revelaba quiénes eran ellos lo iban a matar”, dice López.
El pescador asegura que tenía puesto un pasamontañas para protegerse del frío y los piratas, con la punta de la pistola, se lo sacaron y le golpearon la nariz.
“Nos decían que si alzábamos la cabeza nos iban a matar. De pronto escuché un disparo, pero nunca pensé que el que había recibido el tiro era mi hijo”, narra López.
PIDEN AYUDA. Pepito señala que los ladrones arrojaron el trasmallo al mar y no se pudieron llevar el motor fuera de borda porque su hijo, que iba a cumplir 15 años, había quitado el seguro antes de ser asesinado. Los piratas tampoco se llevaron la embarcación.
“Los pillos tan solo se llevaron la radio, la manguera del motor fuera de borda y el compás y atentaron contra la vida de un niño”, indica Pepito.
López cuenta que los ladrones, después de desvalijar su embarcación, fueron a asaltar a otros pescadores que estaban cerca de ellos.
Pepito aprovechó para escapar y volver a tierra, en la parroquia Santa Rosa, cantón Salinas, actual provincia de Santa Elena. Allí denunció el crimen y el robo.
José López, quien dejó de pescar a los 59 años, dice que después de la tragedia no salió a faenas por más de un año porque quedó afectado psicológicamente. “Volví a la pesca, porque ese es mi trabajo y tenía que mantener a mis hijas”, manifiesta.
López recuerda que en el 2003 nuevamente fue asaltado por piratas del mar.
“Esto ocurrió frente a Bahía de Caráquez. Allí no hubo muertos, pero los ladrones se llevaron la lancha con todo y a nosotros nos dejaron en otra embarcación”, expresa.
Desde hace dos años, López y su esposa Martha Chávez, de 54 años, trabajan en plantas de eviscerado de pescado.
Pepito asegura que su hijo pescaba para ayudar en el hogar.
RIESGOS. La piratería en el mar es uno de los delitos que ha ido creciendo en los últimos años.
SECUELAS. José López quedó afectado por la muerte de su hijo y no volvió a la pesca en un año.
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