Maxence de seis años se convirtió en el primer niño francés con una prótesis impresa en 3D. Desde 2013, la fundación estadounidense e-NABLE ha lanzado una red filantrópica que pone en contacto a gente que cuenta con impresoras 3D con familias de personas con discapacidad.
Hasta la fecha, se han suministrado más de 1.500 prótesis a través de esta plataforma.