Actualizado hace: 930 días 13 horas 4 minutos
Robo, el mayor delito entre adolescentes

Cada año se investigan unos 200 delitos cometidos por adolescentes, más de la mitad robos o hurtos, según la Fiscalía.

Viernes 07 Agosto 2015 | 04:00

 Karla Vélez es la responsable de la Fiscalía de Adolescentes Infractores en Portoviejo, una unidad que sólo el año pasado recibió 226 casos y este año (hasta julio) ya sumaba 102.

La agente explica que lo más frecuente son adolescentes implicados en robos (el apoderamiento de algo ajeno con violencia) o hurtos (la sustracción sin violencia).
Vélez señaló que en la mayoría de casos siempre estos jóvenes operan acompañados o dirigidos por un  adulto o una banda delictiva que los entrena.
Óscar Rueda, jefe de la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) en Manabí, dijo que el reclutamiento de jóvenes por parte de organizaciones de delincuentes obedece a que los menores  de edad suelen hacer “trabajos” que los adultos no harían por las penas a las que pueden ser víctimas.
Al tener los adolescentes un sistema de juzgamiento especial, los delincuentes saben que pagarán penas menores a que si fueran mayores de edad, explica Rueda.
Casos. Los casos que reposan tanto en la Fiscalía como en la Dinapen evidencian los actos a los que pueden llegar los adolescentes infractores.
En una familia que se ha identificado al padre como promotor de los delitos y a la madre como trabajadora sexual, ya por lo menos dos hermanos menores de edad se han dedicado a la delincuencia.
En un populoso barrio de Portoviejo, jóvenes han sido detenidos luego de asaltar con armas a buses de transporte urbano.
En un centro comercial dos chicas de 16 y 17 fueron sorprendidas tras robar productos de todo tipo en un supermercado.
Rueda explica que el delito adolescente suele subir de a poco los peldaños de la delincuencia.
“Empiezan robando cosas pequeñas que necesitan, como productos de aseo,  cosas de bisutería, pero de a poco van cometiendo hechos más fuertes y con la influencia de delincuentes adultos siguen cometiendo mayores delitos”, explicó.
Prevención. Tanto Rueda como Vélez coinciden en la importancia del diálogo entre padres e hijos, en que exista control en el hogar y que los padres conozcan la compañía que tienen sus hijos.
César Intriago es un trabajador social que ha trabajado con jóvenes. Él cuenta que parte del problema es que los padres se limitan a dar órdenes y no confianza a sus hijos.
“En hogares donde hay maltrato, donde los hijos son sometidos con violencia y no hay diálogo, los jóvenes fácilmente son engañados por personas o grupos que buscan utilizarlos y que pueden ser una mala influencia”, reflexionó.
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