Miraba los escombros de lo que fue su casa y lloraba. Le dolía ver convertidas en cenizas las pertenencias que había adquirido con esfuerzo junto a su esposo Jacinto Pico.

“Habíamos sacado a crédito algunos electrodomésticos, entre ellos un televisor del que aún faltan muchas letras por pagar”, expresó con evidente congoja.

La noche del lunes, aproximadamente a las 19h00, un incendio consumió su vivienda y la de su hermana Amalia Benítez. Menos de quince minutos bastaron para que el fuego se apoderara de todo.

Cuando los bomberos llegaron al lugar, en el sitio La Solita, a un costado de la vía Portoviejo-Manta, pudieron hacer poco. De las dos casas, construidas en caña guadua, sólo quedaban escombros.

Alegría recordó que esa noche ella había llegado a la casa después de haber cerrado su negocio de venta de empanadas, ubicado en la vía principal.

“Cuando estaba en la vivienda la luz se fue dos veces, pero llegó rápido. En la segunda ocasión salieron llamas desde el techo y en cuestión de minutos se quemaron las dos casas”, explicó la afectada.

Se les quemó todo lo que tenían. Lo único que alcanzaron a sacar fueron dos cilindros de gas para evitar que explotaran, señaló la mujer.

Necesitan ayuda. Los afectados por el incendio son ocho personas, entre ellas dos adolescentes de 16 y 15 años de edad. En cada casa vivían cuatro personas.

Los afectados pasaron la noche del lunes en la vivienda de un familiar en el mismo sector, a la espera de que llegue la ayuda de instituciones públicas o de alguna persona.

Los vecinos del lugar señalaron que ellos no reciben agua potable y se abastecen del líquido a través de tanqueros, por lo cual, cuando ocurrió el incendio alcanzaron a lanzar unos cuantos tachos que no fueron suficientes para apagar las llamas.

Cuatro personas que ayudaron a controlar el fuego resultaron con problemas de asfixia y debieron ser atendidas por los paramédicos, indicaron.