La verdad es que el tiempo ha transcurrido y podría decirse que en vano, porque prácticamente nada se ha hecho por resaltar el accionar de esta respetable dama que tuvo una destacada actuación en el campo cultural y educacional.
Tanto es así, y precisamente en ese comentario al que hacemos referencia, dijimos entonces que en la ciudad de Manta, y con el auspicio de la Universidad Laica Eloy Alfaro (ULEAM), se le brindó un justo y cálido homenaje a esta ilustre dama caraquense, doña Bertha Santos Velasco de Dueñas, resaltándose su dedicación a la formación de juventudes y quien dedicó muchos años de su existencia como maestra en diversas actividades.
La señora Bertha fue literata, compositora e intérprete de música clásica; profesora de inglés, de canto y de piano. Autora de la música de los himnos de varias instituciones, rectora de prestigiosos centros educacionales en Guayaquil y en Bahía de Caráquez. Fue miembro de la Casa de la Cultura y creó en su ciudad una entidad a la que se le denominó “Ateneo Ecuatoriano”.
Escribió un libro titulado “Mis memorias”, el que se mantuvo inédito mientras tuvo vida y fue precisamente en ese acto de homenaje de la ULEAM que su hija Carmen Dueñas de Anhalzer hizo el lanzamiento de su edición en Manabí, pocos días después de haberlo hecho en Guayaquil.
Como se recordará, la Señora Bertha fue rectora del Colegio Americano en Guayaquil, rectora del Colegio Nacional Eloy Alfaro de Bahía de Caráquez y fue fundadora y rectora del Colegio Abraham Lincoln en esta misma ciudad.
En la mente de todos se mantiene latente el accionar de esta respetable dama, que mucho hizo por la educación y la cultura en beneficio de la juventud de este país.
El nombre y la persona de la Señora Bertha deben permanecer por siempre como ejemplo para las presentes y futuras generaciones; y qué mejor manera de hacerlo que perennizando su figura en un monumento que esté a la vista de todos.
Y que tal, como lo dijimos antes, debería estar localizado en la plazoleta ubicada a un costado de la Casa Americana, edificio que precisamente fue construido hace más de 100 años por su señor padre, don Alberto F. Santos, el mismo que alberga ahora a la Casa de la Cultura y que está terminándose su regeneración.
Actualizamos este justo pedido de homenaje a la Señora Bertha, el que debe ser acogido por las entidades bahieñas dirigidas por la municipalidad y por la Casa de la Cultura.