Nunca existió una posibilidad real de esa obra. Ese fue un proyecto de Xavier Valencia cuando era coordinador de la ex CRM, ahora Secretaría Nacional del Agua (Senagua), quien de forma inconsulta presentó un plan con la intención de que en la mitad de ese terreno, de 4.000 metros cuadrados,  se construya un teatro y en la otra mitad oficinas administrativas para la Senagua, que no pasaron de ser láminas.

Pero no había nada. En una ocasión me llamó Tatiana Hidrovo (funcionaria del actual Gobierno) diciéndome que en el Ministerio de Cultura había unos 6 millones de dólares para el teatro de Portoviejo, los cuales se estaban perdiendo. Entonces fuimos al Ministerio de Cultura y nos dijeron que no era así, que lo que tenían eran unos 700.000 dólares, pero para contratar estudios de teatros en todo el país y Portoviejo ni siquiera estaba en ese plan. El Gobierno nunca tuvo ni un centavo para el proyecto de teatro en Portoviejo. 

Hicimos varias gestiones. Con la Universidad Técnica de Manabí acordamos un comodato para que nos facilitara 4.000 metros cuadrados de terreno junto a La Rotonda, pero cuando fuimos a solicitar un préstamo al Banco del Estado nos dijeron que no había línea de crédito para ese tipo de obra. Además los concejales prefirieron hacer un crédito para otras obras más urgentes y no para teatro. 

Como no me voy a sentir tranquilo y con la conciencia de haber sido un gran alcalde, si muchas obras inauguradas en esta administración fueron gestión mía. 

La avenida del Ejército es una obra de Humberto Guillem. El emisario (...) es una obra de Humberto Guillem, quizás la más grande que hizo mi administración.

El Gobierno directamente. El presidente Rafael Correa me lo dijo en un almuerzo de trabajo. Allí me propuso que en compensación por el cierre de operaciones daba tres obras para Portoviejo. La primera un parque metropolitano en los terrenos del aeropuerto, una nueva terminal terrestre y finalmente una autopista entre Portoviejo y el aeropuerto de Manta, la cual pasaría por Picoazá.

Le dije que no hasta no consultarlo con la Corporación en pleno y cuando lo expuse, los 13 concejales dijeron un no rotundo. Además muchos sectores de Portoviejo, como la Cámara de Comercio, no estaban de acuerdo con el cierre y así se mantuvo.

Sólo eran con la promoción de ese momento. Luego fueron retiradas. 

Mi familia y yo votamos por Casanova porque consideramos que era la mejor opción, pero no estoy de acuerdo con que haya dejado sin trabajo a muchos empleados municipales sólo por afectos o desafectos.

Les ha privado de un cargo, de seguir aportando un tiempo necesario para jubilarse, y que además, según cifras fidedignas,  ingresaron más de 230 personas. No se está cumpliendo ese propósito de reducir personal o gastos municipales. También se niegan a dar continuidad a proyectos como la recuperación del sector Las Vegas, donde hicimos el puente Puerto Real.