Así lo confirma Danilo Freire, jefe (e) de la Policía de Tránsito, quien señala que requieren la ayuda de diversas dependencias policiales para atender el control vehicular y la seguridad de los estudiantes que llegan o salen de clases.

Personal administrativo, de Inteligencia Policial, de Logística, de las Unidades de Policía Comunitarias  (UPC) cercanas y más se desplazan por decenas.

Para ejemplificarlo Freire informa que en el subcircuito Portoviejo 3, que implica gran parte del casco central de la urbe, deben movilizar a 22 policías para cuidar 11 centros educativos. Aquí hay planteles como Francisco Pacheco, Horacio Hidrovo, Rosa Cedeño de Granizo y otros.

Críticos. Freire dijo que los sitios que son considerados críticos por el tráfico que allí se forma son afuera de las unidades educativas Cristo Rey, Portoviejo y Uruguay.

Señaló que en estos casos es por las vías estrechas o por el tipo de servicio de interconexión que se da en la zona, esto complica a ratos el tráfico.

Trucos. Para Augusto Cedeño, quien a diario recoge a su hijo en el Cristo Rey, la estrategia es esperar lejos. Cuenta que se ubica a una cuadra fuera de un callejón por el cual camina su hijo y así evita algo de tráfico. “Si trato de pasar frente al colegio no salgo nunca”, mencionó.

Cristina Molina dijo que no tiene más alternativa que pagar un transporte para que se haga cargo de llevar y recoger a su hijo que estudia en el Portoviejo. 

Aunque pudiera salir del trabajo perdería mucho tiempo en el tráfico sólo para recogerlo e ir a casa. 

“Me gustaría hacerlo yo, pero el tráfico es imposible de soportar a esas horas”, manifestó. La congestión también se siente en otros colegios como Santo Tomás y Cruz del Norte.