Así, transcribo textualmente la resolución expedida por la Honorable Asamblea Nacional Constituyente, publicada en el Registro Oficial N. 51, de 26 de enero de 1967, que prescribe: “Reconocer como línea demarcatoria entre las jurisdicciones de Pichincha y Manabí, el kilómetro veinte y siete y medio (km 27,5) de la carretera que conduce de “Santo Domingo de los Colorados” a “Chone” y de allí, se trazará una línea paralela a la Coordenada Geográfica de norte a sur hasta su incidencia con el río “Peripa”; luego siguiendo el curso de éste hasta la confluencia con el río “Daule”, en donde existe la población de “Peripa” que corresponde a la jurisdicción de la Provincia del Guayas”.
Manabitas, el río Peripa, en toda su margen derecha, siguiendo su curso de Norte a Sur, es territorio manabita, ya delimitado y reconocida la línea demarcatoria entre dos provincias: Pichincha y Manabí y, la otra margen izquierda, siguiendo su curso de Norte a Sur, le corresponde a Pichincha, actualmente a Santo Domingo de los Tsáchilas.
Así mismo, se expresa, que siguiendo el curso del río Peripa hasta la confluencia con el río Daule; es decir, hasta aquí llega Manabí, entiéndase: “hasta la confluencia con el río Daule”; línea demarcatoria establecida en instrumento público, que no ha sido revocado y ésta vigente, lugar en el cual existe la población de Peripa, que corresponde a Guayas.
En consecuencia, La Manga del Cura tiene su partida de nacimiento establecida en la línea demarcatoria entre las jurisdicciones de Pichincha y Manabí, acto jurídico que puede ser revocado por otra Asamblea Constituyente, lo cual sería letal por desconocerse la cantonización de “Santo Domingo de los Colorados” como la cantonización de “El Carmen”, con la agravante de desconocer los accidentes geográficos como la existencia de las coordenadas geográficas, que en todos los países del mundo sirven para delimitar y de referencia en los cuadrantes de: Norte, Sur, Este y Oeste, hechos tangibles que no se los puede desconocer.
Los manabitas no capitulamos, con firmeza Mariano, sin condiciones y estoicamente a defender la resolución expedida, que es de derecho público, inapelable e irrefutable, la consulta de marras es una trampa de los guayacos, sabemos que el Presidente es guayaquileño y responde a los intereses de Guayas, y llamar a consulta sobre un área territorial delimitada, es vacua y vergonzosa.
