La adaptación al nuevo hábitat de esta etnia logró que, paulatinamente, se despojen de la vestimenta serrana hasta quedarse con el dorso desnudo, aunque algunos visten de manera occidental. 

Este grupo es explotador directo de los recursos del bosque, y su articulación al mercado ha incidido en el cambio de formas de producción y en la introducción de nuevos valores y patrones alimentarios. De acuerdo al texto, el mercado ha pasado a ser el elemento dominante, incluso en comunidades donde la organización del trabajo no es asalariada ni existe una distribución significativa de dinero.

Costumbres. Esta nacionalidad es una de las culturas milenarias que, a pesar de la influencia de la civilización, mantienen sus costumbres, entre estas su forma de alimentarse. “La base de las comidas con que se alimentan cada día son productos de la caza, pesca, hongos y recolección de frutas del medio”, dice el chef Diego Albán.

Explica que la culinaria ancestral ha sido debilitada por la existencia de otras etnias en el medio y por el ya no tan escaso conocimiento sobre una alimentación sana y nutritiva, lo que les ha llevado a adoptar nuevas costumbres nutricionales.

“El consumo del plátano, de distintas variedades y con diferente preparación, es lo principal en su dieta”, añade Albán.

Una de las formas de prepararlo es cociéndolo en una olla de barro, para luego aplastarlo y amasarlo para servirlo con el nombre de ‘bala’.