Se dice también que en Portoviejo existen más de doscientas bandas de rock. Bien por el disfrute de los jóvenes. Somos ya una ciudad que va perdiendo su identidad cultural, por eso adoptamos nuevas culturas de evasión para satisfacción de las industrias culturales.

Los tiempos que corren son así, no culpo a los jóvenes que están inmersos en esos procesos. Pero llamo a la reflexión. Si perdemos nuestra identidad cultural ¿qué seremos en el futuro? Hombres sin historia, sin tradiciones. Probablemente seremos parte del gran movimiento existencial de la libertad sin límites, de la cultura de lo rudo y de los motociclistas de los Estados Unidos.

¡Tanto debate sobre la cultura y la identidad y no hemos aprendido nada! Por eso  ya no se dan serenatas acompañadas de guitarras, ni cantamos pasillos y pasacalles, ahora escuchamos mariachis. ¿Quiénes  se ocupan de los estudios culturales de Manabí?  Sería bueno que se interesaran también por estos cambios en la identidad cultural de los portovejenses.  En el fondo los hemos defraudado, hemos eliminado lo poco que nos quedaba y hoy damos paso a otras culturas y las asimilamos como propias.

Cultura es, en cierto modo, el conjunto de prácticas sociales propias; nuestro patrimonio, lo que partiendo de nuestro territorio es nuestro en su relación natural con los que lo habitamos;  paisaje, naturaleza, costumbres ancestrales, música, arte. Se es manabita porque nacimos en Manabí. De este territorio brota nuestra identidad que se condensa en cada uno de  los símbolos de este pueblo y que se traducen en tradiciones.

Portoviejo no puede ser “city rock” sino “Ciudad de los Reales Tamarindos”, “Ciudad de ceibos”, como Chone luce orgullosamente el membrete de “Ciudad de los Naranjos en Flor”.

Seguramente peco de romántica, pero creo que es necesario recordar que Portoviejo tenía una tradición de ciudad galante, sus hombres y mujeres eran finos, auténticos, gustábamos bailar con grandes orquestas, nos animaba el teatro, la música, la poesía, todos hacían el esfuerzo de estar a tono con la sociedad, no había distingos mayores de clase, éramos educados, teníamos modales. 

Pero claro, el mundo dio la vuelta y la globalización y el desarrollo de las comunicaciones nos tomaron por completo, tanto que el rock es parte de la identidad cultural portovejense. 

¿Será que podemos hacer un esfuerzo y no olvidar nuestras tradiciones?