Sería un paso importantísimo, en defensa de la misma capacidad y autenticidad de los trabajos, que la mayor cantidad de la rica y variada producción del esforzado artesano llegue a ser distinguida con similar certificación.

Es que, además de trabajos en paja toquilla, en tagua, en cuero, existe la elaboración en madera de figuras, sillas, perezosas, bancas, camas y otros muebles, al igual que lo que corresponde a la gastronomía, a los dulces de Rocafuerte, Calceta, entre otros productos.

Y si bien el Gobierno Nacional está alentando y colaborando para este objetivo, como en el caso de La Pila a través del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), es muy adecuado que los otros gobiernos, provincial y del cantón que le corresponda, tender la mano para facilitar el asentamiento e implementación de talleres o pequeñas fábricas, que de a poco se vayan modernizando para darle el toque de distinción particular, con valores agregados que incrementen su comercialización.