La ausencia de energía eléctrica en una comunidad del cantón San Vicente, en la que aún están abasteciéndose de la misma -de manera limitada- mediante viejos y pequeño generadores, es un ejemplo de las necesidades no atendidas aún por el Ministerio de Electricidad, que debe interesar a sus principales funcionarios.
No hay dudas sobre los adelantos de servicios públicos que este Gobierno ha logrado, incluso en el campo del que tratamos, pero es también cierto que el ritmo ha decrecido, como es el caso del sistema de electricidad.
Son conocidas las caídas del servicio que dejan por horas a oscuras barrios de algunas ciudades, que aunque no son reiteradas ocurren, a tal punto que entidades como la municipalidad de Portoviejo anunciaron la adquisición de un generador de 600 KVA, para protegerse de las fallas del sistema ordinario que proporciona la Cnel.
Portoviejo destinará 261 mil dólares en la compra, monto que bien pudiera destinárselo a otras obras que tanto requiere la capital.
No es la intención poner en dudas la calidad ni la capacidad de la empresa ni mucho menos de sus funcionarios, pero sí llamar su atención a estas novedades que indican fallas en el proceso y muestran parte de sus repercusiones.
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