Actualizado hace: 935 días 4 horas 21 minutos
Vicente Espinales Tejena
Mi manga del cura

Claro, nos pertenece. Debemos hacer por ella lo que todo buen propietario hace por lo que es propio. Y en esto debemos ser un poco claros, recordando a muchos que teniendo el poder en sus manos a su debido tiempo no hicieron nada por estas tierras tan importantes para nuestra provincia desde el punto de vista social, y económica.

Martes 07 Julio 2015 | 04:00

Porque para nadie es desconocido su potencial económico como su reserva hídrica. Y debemos manifestar que cuando alistamos nuestro contingente cívico para defender el territorio de El Carmen conocíamos ya de su potencial. 

Cómo olvidar la convocatoria para conformar el grupo de universitarios manabitas residentes en Guayaquil, para encaminarnos a El Carmen frente a las pretensiones de Pichincha de arrebatarnos lo que nos pertenecía. Cómo poder olvidar los nombres de Simón Gorozabel, Víctor Lozano y otros que nos acompañaron. 
Conformábamos un grupo dispuesto a todo. Y así llegamos a El Carmen. Sabíamos que el enfrentamiento por defender lo nuestro era un tanto sacrificado. Podíamos perder la vida. Pero valía la acción. Así emprendimos el viaje desde Guayaquil. 
Arribamos a Chone. En donde el Diputado M. Andrade nos recibió en el palacio municipal. Allí tomamos la palabra. Y arengamos al pueblo. Lo mismo hicimos en Flavio Alfaro. Algunos deben recordarlo. Así llegamos. Los soldados, rondaban la población. Y habían instalado su cuartel cerca del parque. Al mando del Mayor Sáenz. 
Se nos comunicó que una delegación de estudiantes de Chone habían sufrido un accidente de tránsito antes de arribar a El Carmen. Pero nosotros continuamos con nuestro propósito. Nos apertrechamos en los altos de una construcción que se nos dijo era propiedad de un señor Barberán. Frente al parque de El Carmen. Estando allí, un pelotón se situó frente a la construcción. Y en voz alta se nos pidió que abandonásemos el lugar. 
Le respondimos que no. Y que habíamos venido a defender nuestro territorio. Lo que nos pertenecía. Para esto ya teníamos dos o tres estudiantes heridos. Como alumnos de medicina, le dimos atención inmediata. Y así la jornada se cumplía después de haber llegado a un Acuerdo. 
La Asamblea Constituyente trató el tema. Don Voltaire Paladines era uno de los asambleístas que pidió mi presencia ante el parlamento. Algunos manabitas residentes en Quito colmaban la Asamblea. El final ya se conoce. Se cantonizó el territorio de El Carmen. 
Lo que hicimos lo hicimos con el corazón en la mano. Con el honor de saber luchar por lo que nos pertenece. Por ahora se dice que hay muchos pretendientes para la Manga del Cura. No podría. Pero existe una juventud que sí puede. 
Manos a la acción. 
 
 
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