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Santo Domingo
Cantan al ritmo de su lengua nativa

La canción empieza a sonar. Al parecer se trata de una cumbia nacional, nada extraordinario.

Martes 07 Julio 2015 | 04:00

Al escuchar la letra llega la sorpresa: el músico canta en lengua tsáfiqui.

El intérprete es Francisco Aguavil, un cantante tsáchila proveniente de Cóngoma Grande, una de las siete comunas de la etnia asentada en Santo Domingo de los Tsáchilas.
Esta tendencia musical cobra fuerza en la ‘provincia 23’ y Francisco aprovecha este momento para adoptar ritmos distintos a su cultura, pero con letra en su lengua nativa.
El objetivo, a más de mantener vivo su idioma a través de la música, es brindar alegría a su pueblo, afirma el artista de 41 años.
Durante su trayectoria ha compuesto 16 temas inéditos. Uno de los más relevantes es el “Muki-Muki” (pintarse con achiote, en español). En esta melodía, de más de tres minutos de duración, Francisco hace un llamado a los jóvenes tsáchilas para que mantengan viva la tradición de pintarse el pelo con el “mu” (achiote en español).
“Esta es una tradición propia del tsáchila. Pintarnos el pelo nos identifica, es por eso que en ellos me inspiré y escribí esta canción para que no sientan vergüenza y se pinten el pelo con achiote”, enfatiza Francisco, hijo de Jacinto Aguavil.
Según él, sus temas además son composiciones inspiradas en los relatos de los ancianos o ‘pone’ (curandero en español). 
La naturaleza no se queda atrás, es el espacio donde el compositor étnico se adentra para sacar a relucir su talento.
Historia del león. Edgar Zaracay es conocido como ‘Lúkela’ (en tsáfiqui), que en español significa ‘león’.
El joven de 22 años canta en los dos idiomas. 
Sus ritmos son tropicales, alegres y cada uno de ellos tiene una historia por contar.
Al igual que Francisco, Edgar pertenece a la comuna Cóngoma Grande.
‘Lúkela’ narra que su abuelo le contó la historia sobre un león que llegaba vestido igual que un tsáchila a las comunas, para ver las costumbres y tradiciones que realizaban. 
“Mi abuelo decía que al león le gustaba la marimba y beber la chicha y que de tanto beber se sobrepasó y se le soltó la cola”, señala Zaracay, quien expresa que por tal motivo lleva el nombre de “Lúkela Me Soyó”, que significa “el rabo o cola del león anda colgado”. 
Entre sus canciones destacan: ‘Lúkela’ (león), ‘Jodomishu’ (cabeza del armadillo), ‘Sachi To’ (tierra tsáchila).
Asociación. Los grupos o bandas musicales conformados por indígenas ‘colorados’, como también se los ha llamado, no pasan desapercibidos al momento de saltar a la tarima de algún show cultural.
Tolón Pelé y Wasaná son sólo dos grupos de la nacionalidad que a ritmo de cumbia, chichera, balada y música nacional ponen a bailar a más de uno en lengua tsáfiqui.
Pese a crecer como etnia dentro de la industria musical, en la Asociación de Artistas Profesionales de Santo Domingo no consta ningún tsáchila afiliado al gremio.
Así lo confirmó Leonardo Jacho, coordinador general de la asociación.
Pese a esto el pueblo tsáchila, que se desapega paulatinamente de sus costumbres y tradiciones, no dejará, según Francisco, que su voz y su idioma se apaguen y seguirán componiendo y deleitando a su gente y a toda la ciudadanía.
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