Joel Weber, de 25 años, está a punto de empezar su tercer año en la Universidad de Texas, y para evitarse un gasto de más de 800 dólares al mes para vivir cerca del centro educativo, prefirió construir una “mini-casa”.
Compuesta de dos áreas amplias, sistemas de plomería y electricidad, ducha, cocina de gas y un fregadero, Weber usó sus ahorros y materiales donados por la comunidad local para armar su vivienda.
De momento su mini-casa, que también es móvil, está estacionada en su ciudad natal de Dallas, aunque después del verano planea llevarla consigo en un viaje de casi 300 kilómetros hasta la universidad. ”Se trata de cómo puedo vivir sencillamente y aun así ser agradecido”, dijo el estudiante.