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Cientos de miles de personas recibieron al papa Francisco en Guayaquil 
Ante miles de fieles que se dieron cita al parque Samanes de Guayaquil, el papa Francisco ofreció su primera misa campal en Ecuador.
Lunes 06 Julio 2015 | 18:10
La misa dio inicio a las 12h15 y se extendió hasta las 13h45.
Antes de ello, el papa Francisco visitó el Santuario de la Divina Misericordia, donde fue recibido con el canto del "Aleluya, Aleluya".
En dicho lugar, niños y adultos se esforzaron por tocar al pontífice, quien no dudo en saludarlos, besarlos y abrazarlos.
Ya en el altar principal, Francisco rezó junto a los presentes el Ave María y les pidió "recen por mí". "Le pediré a Dios por cada uno de ustedes", agregó.
En su visita de pocos minutos al Santuario, el papa tuvo un especial gesto con uno de los enfermos que estaba recostado en una camilla cerca del altar, al que bendijo, al igual que a un niño con capacidades especiales que estaba acompañado de su madre.
Luego de ello, el papa argentino llegó al parque Samanes en su papamóvil, ante miles de feligreses que gritaban y aplaudían a su paso.
La homilía de Francisco estuvo dedicada a la familia, el amor y los gestos de cortesía. "En el seno de la familia nadie es descartado. Todos valen lo mismo", dijo durante su homilía.
Asimismo, el papa Francisco pidió rezar por el Sínodo de los obispos que se celebrará en octubre para que "se encuentren soluciones concretas a las muchas dificultades e importantes desafíos que la familia".
Al final de la homilía, Francisco pidió oraciones para que los obispos en esta ocasión puedan "madurar un verdadero discernimiento espiritual y encontrar soluciones concretas a las muchas dificultades e importantes desafíos que la familia debe afrontar en nuestros días".
Les invito, agregó, "a intensificar su oración por esta intención, para que aun aquello que nos parezca impuro, nos escandalice o espanta, Dios lo pueda transformar en milagro", dijo a propósito de los desafíos del Sínodo.
En esta ocasión, los obispos volverán a debatir sobre temas como la acogida a los homosexuales, o los divorciados.
"El mejor de los vinos está por ser tomado, lo más lindo, profundo y bello para la familia está por venir", aseguró el papa otro de los pasajes de su homilía en la que citó el milagro de las bodas de Caná.
Y agregó: "Está por venir aunque todas las variables y estadísticas digan lo contrario; el mejor vino está por venir en aquellos que hoy ven derrumbarse todo"
Durante la misa, las familias Caicedo Porozo y Suárez Novillo entregaron las ofrendas del vino y el pan, elementos que luego fueron bendecidos por el líder de la Iglesia Católica.
250 mil hostias fueron repartidas entre los feligreses, quienes previamente se dieron la paz por pedido del pontífice.
Al término de la celebración religiosa, el papa dio la bendición al público: "Que Dios los bendiga, los acompañe, rezo por la familia de cada uno de ustedes (...) Así les pido que no se olviden de rezar por mí, hasta la vuelta".
