La chumbillina, una de las principales prendas de vestir, está compuesta de varios colores (verde, azul, amarillo, rojo, entre otros). 

Según cuentan algunos miembros de la nacionalidad, la falda es elaborada en un telar artesanal y se la confecciona en aproximadamente ocho días.

SIGNIFICADO. Ricardo Calazacón señala que los tonos de la chumbillina idealizan al arcoíris, que para la cultura tsáhila representa la alegría. 

Calazacón explica que los colores de la prenda algunas veces varían. 

La chumbillina de la mujer tiene pinzas y botones.

Mientras que la del hombre está constituida de colores negro, blanco y azul. 

La prenda es sujetada con un pedazo de tela tipo franela roja a la altura de la cintura. 

La franja no debe tener menos de dos centímetros ni más de cuatro.  

El tunán o el manpe tsanpá anteriormente era elaborado con el algodón que se cosechaba en las comunas, ahora se utiliza lana.   

El costo de una chumbillina varía entre 30 y 40 dólares, según el tipo de fabricación, aseguró Ricardo Calazacón, “los otavaleños también los fabrican, pero la calidad no es muy buena”, afirma.  

Uso. Esta vestimenta es característica de la etnia tsáchila. Calazacón indica  que no sólo se utiliza  en actividades especiales, sino que se la usa todo el tiempo. 

“Existen personas que no pertenecen a la etnia y sin embargo usan la falda”, asegura Calazacón. 

VENTA. Maria Macías, por ejemplo, adquirió una chumbillina hace tres meses.

Ella explica que la utiliza porque le gusta y es cómoda. 

Para los miembros de la comunidad no es un problema que personas ajenas a su etnia vistan la chumbillina, siempre y cuando su uso no sea con fines de lucro y no dañe la imagen de los tsáchilas.  

En la actualidad en la comuna Peripa existe un telar artesanal para la fabricación de las chumbillinas.

Manuela Calazacón es una de las mujeres tsáchilas que se dedican a la fabricación del tunán.