Johanna Nuñez debió ubicar una tabla entre la calle y la vereda de su vivienda para cruzar de un lado al otro.
Lo hizo para no pisar el lodo que desde el lunes dejó un rebose de aguas negras en la vía, frente a su inmueble. Este problema todavía persistía ayer, en la calle 118 y avenida 102 de la parroquia Los Esteros, por un rebose que se generó en el barrio El Mirador, según dijeron varios vecinos. Ese lodo provocaba un mal olor que a Felipe Mero, habitante, no lo dejó comer.