Éste es un proceso que no inicia en la escuela, sino en la casa.
Blanca Herrera, maestra parvularia, indica que los padres deben brindarles a sus hijos de 0 a 5 años la experiencia necesaria para que su cerebro se desarrolle de acuerdo a su crecimiento.
Sobre todo, dice, hay que dejarlos que exploren y a su vez se requiere acompañarlos en esta etapa.
La profesional menciona que hay cinco áreas en las que los padres deben trabajar desde el nacimiento: sensorial, motriz, socio-afectiva, lenguaje y cognitiva.
>importancia. Indica que el cerebro del niño puede procesar y adquirir toda una serie de conocimientos mediante la repetición sistemática de estímulos o ejercicios simples, comúnmente llamados unidades de información.
De este modo, lo que se hace es ayudar a reforzar las distintas áreas neuronales.
Fernanda Cevallos, médico general, menciona que el primer beneficio de la estimulación es el desarrollo cerebral y hay que aprovecharlo hasta los cinco años, ya que hasta esa edad el cerebro del niño tiene mayor recepción, lo que hace que se establezcan conexiones entre las neuronas con más facilidad, rapidez y eficacia.
>mitos. Cevallos recomienda que la estimulación no sea solo con objetos, sino con el cuerpo del niño y con las manos de la madre o el padre, dándole movimiento desde los primeros meses.
En este caso, es necesario descartar los míticos consejos de las abuelas que decían que si se paraba al niño o se le sentaba se iba a fracturar la columna, o hasta brotar el ombligo, porque no es así, explica la profesional.
Recomienda sujetar bien al niño y hacerlo mover suavemente, con delicadeza.