Esto debido a los malos olores que se generan por los constantes reboses de las alcantarillas.

Vélez, quien tiene 10 años habitando en la ciudadela Monterrey de Montecristi, manifestó que ya no saben qué hacer con este problema.

Ella cree que los reboses se deben a que las tuberías de las alcantarillas son muy angostas y su capacidad es limitada para evacuar las aguas residuales.

De lo que sí están conscientes es que, cuando se presenta el problema, personal de la empresa de agua llega a tratar de solucionarlo. Lo malo es que esta solución dura dos o tres días, y luego nuevamente se presentan los reboses.

Pedro Vera, un morador,  dijo que habita en la parte baja de la ciudadela y por ello él y sus vecinos son los más perjudicados.

Aseguró que han tenido conflictos con quienes habitan en la parte alta, al tratar de explicarles el malestar que ellos tienen. “No es necesario discutir, lo que tenemos que hacer es buscar alguna solución para erradicar esta problemática”, acotó Vera.

María García, otra vecina, tiene como única solución cambiar las tuberías por unas más anchas.

> Las vías. El mal estado de las vías del sector es otra de las molestias que  tienen que soportar los 365 días del año. En verano es el polvo que los enferma y, según García, los niños son los más perjudicados.

La vecina aseguró que en el invierno ese polvo se convierte en lodo y dificulta el tránsito de personas y vehículos. Además, para salir de
sus casas en ocasiones tienen que llevar los zapatos en las manos. En el sector también tienen problemas con la dotación de agua potable. 

El líquido vital  no les llega todos los días, y para evitar el desabastecimiento han construido aljibes. Ellos esperan que todos sus pedidos sean escuchados y sus problemas solucionados.