Mireya Ríos dice que su hermana es muy alegre, amiguera y que todos los vecinos la quieren, “le gusta tener sus uñas pintadas, escuchar música, las fiestas le llaman mucho la atención”, cuenta Ríos.

“Ella sufre, vive más de los días enferma, le dan crisis epilépticas”, dice su madre Rosa Guadamud.

Es fiel hincha de Barcelona, pero no puede ver los partidos porque no tiene televisor.

Sólo los escucha por la radio. 

La familia espera que alguien le regale un televisor.

Avances. Liliana forma parte de los 275 niños, adolescentes y adultos mayores que forman parte de la Fundación Colón Vive, donde reciben terapias domiciliarias por parte de las promotoras, que dos veces al mes los visitan.

Katiuska Sabando es la encargada de brindar ayuda a Liliana. Ella cuenta que esta joven es muy alegre y que sus avances son pocos, pero significativos.

“Hemos logrado que tenga mayor fluidez con el habla, me llama por teléfono para recordarme que ya se acerca el día de la visita y que quiere pintar”, recalca su promotora.

Y es que Liliana no puede asistir a un establecimiento educativo como lo hacía cuando acudía al ex INFA.

Ahora la visitan las promotoras de la fundación que cuentan con el apoyo del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).  Mientras la entrevistábamos, ella demostraba su alegría al saber que saldría en el periódico. “¿Cuándo salgo?”, preguntó.

“Yo compraré el periódico”, dijo con palabras entrecortadas Liliana. 

En Manabí hay 22.860 personas que tienen discapacidad. La mayoría cobra el Bono de Desarrollo Humano.